la Casa de Contratación representó durante los siglos XVI, XVII y XVIII la encarnación del monopolio estatal del comercio para la monarquía española y en ella se identificaba al estado con su riqueza y por ello la idea de España se identifica al estado con la totalidad del territorio del imperio, de esta manera la Carrera de Indias unifica a la totalidad del Estado, frente a esta idea surge en Europa otra que identifica la riqueza del comercio ultramarino con la riqueza de los comerciantes integrados en las distintas Compañías de Indias, esta se representará por acciones que dan un valor a las aportaciones individuales, surgiendo así el capitalismo en el comercio.
El monopolio estatal del comercio frente al comercio de capital privado demuestra su falta de versatilidad para cubrir todas las facetas del comercio, ese es el caso del tráfico comercial entre territorios virreinales o dentro del mismo virreinato que se limita por la obligada conexión con la metrópolis, lo que aprovecha el comercio privado para sustituirlo bajo la forma de contrabando y con él se introducen las compañías privadas extranjeras, rompiendo el monopolio estatal, al ser más versátiles comercialmente. El siglo XVIII es un enfrentamiento constante en el mundo entre estas ideas de comercio y de la competencia surgida entre ellas por el control comercial y su beneficio derivado sobre todo en los territorios de ultramar.
El comercio negrero no es nada más que una faceta cruel del segundo modelo comercial, él de la empresa privada, eso si sin régimen de monopolio, cuyos beneficios sirvieron para propiciar la revolución industrial que a su vez demandó productos, con los que cubrir las necesidades generadas por la riqueza comercial de la esclavitud, como son el azúcar, cacao, café, tabaco y el algodón materias primas obtenidas en los territorios de ultramar y vendidas a altos precios en los mercados europeos.
Los propietarios criollos habían conseguido una notable riqueza, unas notables ciudades con una gran población que en multitud de casos superaban a las ciudades de Europa y desde luego a las ciudades peninsulares, con lo cual aumentaron sus necesidades de vender sus producciones en Europa, cosa que no supo cubrir la Casa de Contratación, aumentando así mismo las demandas de esa clase social, cosa que tampoco supo atender la Casa de Contratación y claro siempre hubo alguien dispuesto para atenderlas, en el caso de mano de obra esclava primero fue satisfecha por Inglaterra fundamentalmente, y cuando fue ilegal los españoles la suministraron desde Cuba y Puerto Rico principalmente indianos de origen catalán, aunque hubo también grandes traficantes que no lo era el Marqués de Comillas.
Los propietarios criollos habían conseguido una notable riqueza, unas notables ciudades con una gran población que en multitud de casos superaban a las ciudades de Europa y desde luego a las ciudades peninsulares, con lo cual aumentaron sus necesidades de vender sus producciones en Europa, cosa que no supo cubrir la Casa de Contratación, aumentando así mismo las demandas de esa clase social, cosa que tampoco supo atender la Casa de Contratación y claro siempre hubo alguien dispuesto para atenderlas, en el caso de mano de obra esclava primero fue satisfecha por Inglaterra fundamentalmente, y cuando fue ilegal los españoles la suministraron desde Cuba y Puerto Rico principalmente indianos de origen catalán, aunque hubo también grandes traficantes que no lo era el Marqués de Comillas.
Este segundo modelo fue tan monopolio como el primero pero ya no era estatal, pues intentaba evitar la competencia de los demás compañías y si conseguía la ventaja de que la riqueza no fuera solo para la Corona sino que también repercutía a la burguesía capitalista europea, este modelo de seguía en Francia, con lo cual en el siglo de la ilustración España tendió al segundo modelo para repartir lo que era de del Rey entre unos pocos burgueses, esto unido a que ya que la producción de plata y oro iba bajando se pensó en complementar lo con impuestos y tasas que grabaran el tráfico con América, además mantener el monopolio del comercio de una manera estatal suponía tener una gran flota de mercantil y una armada eficientes, cosa muy difícil por las deficiencias estructurales heredadas del imperio español que no se lograron corregir en el siglo XVIII. Así en 1775 desapareció definitivamente la Carrera de Indias y la Casa de Contratación que pasó a manos privadas a pesar de haber sido un modelo con notable éxito, pero que no supo o no quisieron adaptarlo a los nuevos tiempos, el caso es que se crearon en el siglo XVIII compañías privadas en régimen de monopolio para el comercio con las Indias, como fue el caso de la Compañía Guipuzcoana de Caracas creada por Real Cédula del 25 de septiembre de 1728 favoreciendo el comercio entre Venezuela y España, los objetivos eran claros, el comercio del cacao que tenía unos precios elevados y competir con la Compañía Holandesa que sostenía el contrabando en la zona de Caracas, dedicándose a los viajes de ida y vuelta, al transporte de hierro vasco, tejidos y diversos productos europeos y españoles, trayendo como principal transporte el cacao, además de café, tabaco y algodón, los astilleros y puerto de embarque de la Compañía se situaron en Pasajes. La actividad se prolongó hasta 1785 fecha en que se fundió con la Real Compañía de Filipinas.
La Real Compañía de la Habana se fundó en 1740 que controló el comercio de la isla de Cuba en tabaco, maderas, y azúcar principalmente, transportando de Europa harinas, paños, etcétera, procurando la persecución del contrabando, construyendo barcos mercantes en sus astilleros, dando asistencia a la construcción y reparación de la marina real. Se disolvió en 1790.
La Fabrica de Tabacos de Sevilla fue la primera que se estableció en Sevilla, construido en 1728, es el principal edificio industrial de España del siglo XVIII, el estado trabajó el tabaco, principalmente procedente de Cuba, en régimen de monopolio. En principio el trabajo lo realizaron los hombres, pero se dieron cuenta que las mujeres eran más productivas y así nació la ficticia de la figura de Carmen la cigarrera de la Opera de Bizet.
La Fabrica de Tabacos de Sevilla fue la primera que se estableció en Sevilla, construido en 1728, es el principal edificio industrial de España del siglo XVIII, el estado trabajó el tabaco, principalmente procedente de Cuba, en régimen de monopolio. En principio el trabajo lo realizaron los hombres, pero se dieron cuenta que las mujeres eran más productivas y así nació la ficticia de la figura de Carmen la cigarrera de la Opera de Bizet.