Todo empieza con la quinta hija de los Reyes Católicos, Catalina de Aragón, nieta de Catalina de Lancaster y por lo tanto de ascendencia inglesa, que con tres años la comprometen sus padres en matrimonio con el hijo mayor de Enrique VII de Inglaterra, Arturo.
Cuándo Catalina cumple 15 años la mandan a Inglaterra para que se despose con Arturo. El matrimonio tiene un principio feliz pero una enfermedad no aclarada afecta a los jóvenes y el heredero de la corona de Inglaterra muere a los cinco meses del matrimonio y Catalina con apenas 17 años queda viuda.
Si se hubiera roto el compromiso y Catalina hubiera vuelto a España, tendrían que devolver la dote y para no hacerlo la comprometen con el segundo hijo de Enrique VII, el que sería Enrique VIII.
Enrique aunque de apariencia saludable llevaba consigo una tara congénita o adquirida de salud, la sífilis que por aquel entonces no se conocía su transmisión, y una debilidad, la promiscuidad. La duda es si las lúes eran genéticas o adquiridas, pero el caso es que hay signos indirectos acumulativos:
- Su promiscuidad.
- La historia de sus reinas, pues se casó seis veces, con abortos repetidos.
- La prematura muerte de su hijo primogénito fruto del matrimonio con Jame Seymur, con lesiones cutáneas.
- La nariz maloliente, la sordera y la mala visión de su hija María con Catalina.
- Los problemas visuales de Isabel hija con Ana Bolena.
- Los accesos de cólera y crueldad que demostró Enruque VIII.
Todos estos síntomas describen una afección nerviosa de la sífilis.
El matrimonio pidió una dispensa al Papa para poder casarse y la concedió, sobre el hecho de no consumación del anterior matrimonio por enfermedad de Arturo, ya que era Catalina viuda del hermano de Enrique, el matrimonio tuvo una serie de abortos o fallecieron a poco de nacer cada príncipe o princesa pero Maria Tudor sobrevivió, llegando a ser reina y esposa de Felipe II. Enrique culpó de aquellas muertes al haberse casado con su cuñada, rompió con el Papado y se proclamó jefe de la iglesia de Inglaterra separándose del catolicismo, casándose con su amante Ana Bolena, abandonando a Catalina que años más tarde murió, sola y con la ausencia de su hija María a quién Enrique VIII no quiso que la viera, lo que enfureció al emperador Carlos V, sobrino de Catalina, cuando le hicieron la autopsia descubrieron que su corazón estaba ennegrecido, no se sabe si de cáncer o por envenenamiento. Poco después Ana Bolena fue decapitada por sentencia de un tribunal, en delito de incesto con su hermano y por tener varios amantes.
Enrique VIII tuvo seis esposas y amantes del genero femenino y masculino, un montón de abortos e hijos fallecidos prematuramente, a los que solo sobrevivieron, María e Isabel.
A todo esto, hay que sumarle el envió con patente de corso de Isabel I a Francis Drake y a Hawkins a los territorios españoles en América y el Pacífico, sin declaración previa de Guerra entre España e Inglaterra, lo que trajo como consecuencia el envió de la Grande y Felicisima Armada por Felipe II contra Inglaterra.
Además es necesario dar a conocer un plan diseñado por el Lord Protector de Inglaterra que gobernó Inglaterra durante el reinado de rey Felipe IV de España y las Indias Occidentales, según el cual: "El español no es sin más nuestro enemigo por mera casualidad, sino de forma providencial; así lo ha dispuesto Dios con su sabiduría". Cita textual de Cronwell en el Parlamento Inglés, en la exposición del Western Design o Designio de Occidente declarándonos enemigos suyos hubiera o no guerra, este plan supuso el nacimiento de piratas como Morgan que asaltó Portobelo, Panamá y otros puertos, siempre por la noche y desde la selva a espaldas del mar, que fue repetidamente nombrado gobernador de Jamaica, transformando la isla en un nido de corsarios ingleses, el plan consistió en la ocupación de las islas menores del Caribe no conquistadas por los españoles o poco protegidas y atacar desde allí barcos y territorios hispanos. La idea del plan estuvo vigente incluso cuando Estados Unidos arrebató el Occidente de Norteamérica a México.
En conclusión, la Armada Española no fue la desencadenante de la rivalidad histórica entre lo hispano y lo británico, sino una consecuencia de una rivalidad larvada por el descubrimiento del Nuevo Mundo y los agravios infligidos a la monarquía española por la inglesa, junto a los ataques realizados con patentes corsarias de la reina inglesa a Drake y Hawkins contra territorio y barcos hispanos en costas y océanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario