LO HISPANO EN EL CONCILIO DE TRENTO
El Concilio de Trento se desarrolla a partir de la mitad del siglo XVI, durante un periodo de dieciocho años, debido a guerras y epidemias durante esa época convulsa de la Europa del Renacimiento y en él los teólogos hispanos de la Edad Moderna alcanzaron cotas muy altas del pensamiento cristiano.
El origen del Concilio se encuentra en la crisis producida por la rebelión de Lutero y el apoyo que encontró en los príncipes y nobles del Sacro Imperio, que vieron la oportunidad de apoderarse de los bienes de la Iglesia, frente al apoyo que le presto a ella el emperador del Sacro IMperio Romano Germánico, Carlos V, así como las sucesivas rebeliones que se desencadenaron a continuación y que rompieron la unidad religiosa en Europa.
Al final de la Edad Media la Iglesia de Roma había llegado a una gran degeneración, sus papas, obispos, prelados y sacerdotes estaban en ella más por los bienes terrenales que se conseguían que por la salvación de sus almas, pues se cometían en su nombre toda clase de abusos, y por el poder que representaba y representa ella misma.
En 1517 Lutero clava sus 95 tesis en Wittenberg , en las que describía sus ideas para la salvación solo por la fe y contra la venta de indulgencias para salvar el alma, desembocando en la reforma protestante después de la dieta de Worms, donde Carlos V y Lutero enfrentaron sus distintas ideas sobre respectivas ideas sobre la religión y el cristianismo, apoyados uno por la Iglesia Católica y una parte de los príncipes del Sacro Imperio, mientras el otro por parte de los príncipes del imperio y del clero, rompiéndose de hecho la unidad religiosa de Europa.
En la Europa del Sacro Imperio existía un gran resentimiento contra el emperador por el monopolio que Castilla mantenía en la Época de los Descubrimientos, de tal manera que si querían comerciar con el Nuevo Mundo tenían que hacerlo siempre a través de la Casa de Contratación de Sevilla, si a ello sumamos las razones por las que estallo la rebelión comunera en Castilla, la aparición de flamencos en la Corte Castellana, desembocamos en la razón por la que el emperador Carlos tomara la decisión de no incluir al resto de Europa en los contactos con el Nuevo Mundo, ello provocó que los príncipes apoyaran las ideas de Lutero frente a la Iglesia Católica y su emperador.
En esta situación que provocaba la ruptura de la religión y del imperio el emperador Carlos insistió al papa Paulo III en convocar un concilio que asegurase el catolicismo y a su vez la unidad de su imperio, este pensamiento sería conocida como la Contrarreforma, con lo que el Concilio de Trento tuvo un carácter doctrinal, otro jurídico y otro pastoral.
Luis Vives asesoró al papa Paulo III en la convocatoria. En ciertos aspectos el concilio fue hispano los aspectos fundamentales fueron establecidos por los jesuitas Diego Laínez, Alfonso Salmerón y Francisco Torres, La filosofía era la de Cardillo de Villalpando, la norma y su sanción tuvo valedor en el obispo de Granada, aparte de las aportaciones al concilio de Melchor Cano; Martín Perez de Ayala, entre otros.
Existieron dos tendencias conciliares, los que pretendieron la unidad con los protestantes y los que pensaban que la unificación no era posible.
En España el Cardenal Cisneros había reprimido ya los abusos eclesíastos, por lo que la situación Española no coincidía con el feudalismo de los obispos alemanes, la corrupción de los italianos o el servilismo al rey de los franceses.
Diego Laínez, pronunció un notable discurso sobre la justificación de la caridad como método para alcanzar la salvación del alma basándose en Santo Tomas de Aquino en contra de la salvación por la fé de Lutero.
Los hispanos basaban la fortaleza de su fé en la dureza que representó en nuestro país la defensa de la fé cristiana frente a la invasión musulmana, durante muchos siglos, lo que terminó por conseguir la adhesión de muchos obispos a las tesis hispanas.
El concilio promulgó 14 decretos doctrinales y 13 decretos, que aprobó el papa Pío IV.
La Congregación del Concilio se encargó del cumplimiento de los decretos que se informaron con el Catecismo.
Se estableció un Indice de Libros Prohibidos, donde figurarían las obras contrarias o heréticas.
El Santo Oficio se encargaría de juzgar las desviaciones doctrinales y la autoridad civil las castigaría.
En el Decreto sobre las imágenes define estas como objeto de adoración, fomentando la imagen de María como madre de Dios y de ejemplo doctrinario para los fieles, lo mismo que las reliquias.
Estas y otras disposiciones sobre sacramentos, fuentes de revelación, ritos, misa o jerarquía fueron inspirados en teólogos o juristas formados en las universidades hispanas de Salamanca o Alcalá. Con lo cual la formación e inspiración de la Contrarreforma nace del hispanismo que adoctrinaba el Nuevo Mundo hispano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario