Es uno de esos héroes olvidados de nuestra historia y uno de los mejores marinos de los que contamos en ella, siendo muchos los que llenan sus páginas de gloria y honor. Pedro Menéndez de Avilés nace en esa ciudad en el primer cuarto de siglo XVI, entre sus muchos méritos se encuentra uno que por su transcendencia merece destacar, haber sido el inspirador en un memorandum enviado al Rey Felipe II del sistema de flotas y galeones de Indias, por lo que se le puede considerar el padre de las Flotas de Indias.
De joven, se enfrenta a los piratas franceses en el mar Cantábrico, se atreve a entrar en La Rochela persiguiendo a Juan Alphonse de Saintoge a quien mata personalmente. limpiando ese mar de corsarios
Cuando marcha al Nuevo Mundo es capturado por los piratas, por lo que se paga rescate para liberarle, nombrándole a continuación Capitán General de las Flotas de Indias.
La Flotas de Indias se iniciaron en 1561, con la intención de proteger la navegación de los barcos que iban o venían de América, duró hasta el muy avanzado el siglo XVIII. Era una flota de más de 50 barcos, galeones armados con cañones que se reunían dos veces al año, para dar el salto del Atlántico y estaba formada por galeones y llevaba también buques de Guerra, era mandada por un almirante transportaba el comercio europeo hacia América y también llevaba la carga del Galeón de Manila. Se reunían con destino a la península, en la Habana, los viajes anuales abarcaron tres siglos y su destino podía ser La Coruña, Lisboa, Sevilla o Cádiz de vuelta y de ida la Habana, Veracruz, Porto Bello, Cartagena de Indias y Manila y estaba organizada por la Casa de Contratación de Indias en Sevilla o Cádiz, cuando se trasladó allí.
Habría que distinguir entre la flota de Nueva España y la flota de Tierra Firme, solían hacer el viaje juntas desde la Habana a España, la flota al llegar a la Habana de España, una iba a Veracruz en Nueva España ( México ) y otra se dirigía a Cartagena de Indias y terminaba en Portobelo o Nombre de Dios de allí se llevaba la mercancía al Puerto de Panama para su distribución por el Pacífico, hacia El Callao en el Perú o Valparaiso en Chile, o si no por el Atlántico hasta Maracaibo en Nueva Granada o Cartagena de Indias y lo mismo de regreso, la flota de Nueva España trasportaba los productos hasta Acapulco y de allí a Manila en Filipinas, con el Galeón de Manila, repleto de monedas de plata para el comercio con China y de vuelta, cargado de productos de Oriente todos ellos con un alto valor comercial tanto en Nueva España como en toda Europa.
Con todo lo que se ha dicho, los piratas nunca fueron un gran problema para la Armada ni para la Flota de Indias, gracias a la excelente organización del monopolio que ejerció la Casa de Contratación y la organización en flotas armadas de Pedro Menéndez de Aviles que hacia casi imposible el ataque de navíos de otros países, corsarios o mucho menos piratas.
Las naves de guerra o Guarda estaban formadas por la Capitana y la Almiranta y dos más, la primera iba en cabeza y marcaba la marcha de las demás, su marcha era igual a la más lenta de la flota y por la noche portaba un farol en popa para que los demás navíos la siguieran, la almiranta iba al final de la flota y portaba el estandarte, las otras galeras de Guarda se situaban a barlovento, para un rápido socorro cuando fuera necesario, aunque todos los galeones iban con cañones.
El tráfico comercial y de riqueza en oro y plata fue fundamental para las dos partes el Nuevo y el Viejo Mundo, pues sin la plata que vino de América no se hubiera desarrollado el comercio ni la economía en Europa, como tampoco habría desaparecido las hambrunas que de tanto en tanto le azotaban, gracias a la patata y el maíz, como tampoco habría llegado la ganadería ni el trigo y la cultura occidental a las nuevas tierras, aunque llegaron también muchas enfermedades.
La flota salía del Puerto de Santa María por el Mar de las Yeguas hasta Canarias donde repostaban y se suministraban de agua y de allí por el Mar de las Damas hasta la Habana, tenía este nombre por los vientos Aliseos que hacían fácil la navegación, allí se separaban las flotas, la de Nueva España iba a Veracruz y la otra, la de Tierra Firme se dirigía a Panamá y Cartagena de Indias.
En la Habana se volvían a reunir la flota de Nueva España y de Tierra Firme, para dar el salto por el Atlántico a España metiéndose en la Corriente del Golfo y aprovechando los vientos de través que corren del Caribe hacia Europa, llevando los cargamentos de oro, plata y el Quinto Real, parte de la riqueza correspondiente a la corona, siendo los lugares más peligrosos el paso entre las Bahamas Florida y desde las Azores o Terciarias hasta la Península.
En uno de estos viajes, por la enquina de la Casa de Contratación Pedro Menéndez de Avilés, al querer regresar hacia América para encontrar a su hijo perdido en el citado viaje, es detenido y encarcelado, aunque posteriormente fue exonerado de toda culpa.
Al salir de la cárcel el Rey le encarga marchar hacia la Florida para repoblarla, expulsando a una colonía de hugonotes instalada allí, actuando de corso contra España, aprovechando que al mismo tiempo va a buscar a su hijo perdido, al que no logró encontrar.
Marcha a la Florida y se enfrenta a los hugonotes franceses, deshaciendo la colonia apresando a los piratas y condenandolos a muerte. Repuebla y refunda la ciudad de San Agustín posteriormente a que Ponce de León la fundase en la expedición en la que Antón de Alaminos se da cuenta de la existencia de la Corriente del Golfo, que tanto ayudó al retorno a España de las Flotas de Indias.
Su legado se encuentra en el Archivo Provincial Histórico de Cádiz, en forma de herencia. En conclusión debemos situar la figura de Pedro Menéndez de Avilés como uno de nuestros más ilustres marinos y exploradores en América, por haber diseñado las flotas de galeones de las Indias que tantas riquezas, cultura y mercancía transportaron entre los dos continentes, además de por otras serie de servicios a la Corona en Inglaterra, Francia y Flandés que agrandan aún mucho más su figura en nuestra historia y en la del mundo.
Con todo lo que se ha dicho, los piratas nunca fueron un gran problema para la Armada ni para la Flota de Indias, gracias a la excelente organización del monopolio que ejerció la Casa de Contratación y la organización en flotas armadas de Pedro Menéndez de Aviles que hacia casi imposible el ataque de navíos de otros países, corsarios o mucho menos piratas.
Las naves de guerra o Guarda estaban formadas por la Capitana y la Almiranta y dos más, la primera iba en cabeza y marcaba la marcha de las demás, su marcha era igual a la más lenta de la flota y por la noche portaba un farol en popa para que los demás navíos la siguieran, la almiranta iba al final de la flota y portaba el estandarte, las otras galeras de Guarda se situaban a barlovento, para un rápido socorro cuando fuera necesario, aunque todos los galeones iban con cañones.
El tráfico comercial y de riqueza en oro y plata fue fundamental para las dos partes el Nuevo y el Viejo Mundo, pues sin la plata que vino de América no se hubiera desarrollado el comercio ni la economía en Europa, como tampoco habría desaparecido las hambrunas que de tanto en tanto le azotaban, gracias a la patata y el maíz, como tampoco habría llegado la ganadería ni el trigo y la cultura occidental a las nuevas tierras, aunque llegaron también muchas enfermedades.
La flota salía del Puerto de Santa María por el Mar de las Yeguas hasta Canarias donde repostaban y se suministraban de agua y de allí por el Mar de las Damas hasta la Habana, tenía este nombre por los vientos Aliseos que hacían fácil la navegación, allí se separaban las flotas, la de Nueva España iba a Veracruz y la otra, la de Tierra Firme se dirigía a Panamá y Cartagena de Indias.
En la Habana se volvían a reunir la flota de Nueva España y de Tierra Firme, para dar el salto por el Atlántico a España metiéndose en la Corriente del Golfo y aprovechando los vientos de través que corren del Caribe hacia Europa, llevando los cargamentos de oro, plata y el Quinto Real, parte de la riqueza correspondiente a la corona, siendo los lugares más peligrosos el paso entre las Bahamas Florida y desde las Azores o Terciarias hasta la Península.
En uno de estos viajes, por la enquina de la Casa de Contratación Pedro Menéndez de Avilés, al querer regresar hacia América para encontrar a su hijo perdido en el citado viaje, es detenido y encarcelado, aunque posteriormente fue exonerado de toda culpa.
Al salir de la cárcel el Rey le encarga marchar hacia la Florida para repoblarla, expulsando a una colonía de hugonotes instalada allí, actuando de corso contra España, aprovechando que al mismo tiempo va a buscar a su hijo perdido, al que no logró encontrar.
Marcha a la Florida y se enfrenta a los hugonotes franceses, deshaciendo la colonia apresando a los piratas y condenandolos a muerte. Repuebla y refunda la ciudad de San Agustín posteriormente a que Ponce de León la fundase en la expedición en la que Antón de Alaminos se da cuenta de la existencia de la Corriente del Golfo, que tanto ayudó al retorno a España de las Flotas de Indias.
Su legado se encuentra en el Archivo Provincial Histórico de Cádiz, en forma de herencia. En conclusión debemos situar la figura de Pedro Menéndez de Avilés como uno de nuestros más ilustres marinos y exploradores en América, por haber diseñado las flotas de galeones de las Indias que tantas riquezas, cultura y mercancía transportaron entre los dos continentes, además de por otras serie de servicios a la Corona en Inglaterra, Francia y Flandés que agrandan aún mucho más su figura en nuestra historia y en la del mundo.
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