Cuando Legazpi funda Manila crea una ciudad amurallada, para defenderla de piratas y flotas extranjeras, y se crea la ciudad extramuros para el comercio, habitada fundamentalmente por chinos que se acercan a la ciudad para conseguir monedas de plata de Nueva España que más tarde les sirvan para ellas comerciar en su país, con lo que se crea el tráfico de seda y productos chinos por plata española en Filipinas, monedas que serán de uso corriente en la mayor parte de China, haciendo al Real español la primera moneda aceptada en el uso universal en el comercio.
En San Luis de Potosí y otras minas en Nueva España se extrajo la plata y se acuñó las monedas necesarias para atender el tráfico comercial de Filipinas con China, para lo cual se establecieron allí varias Reales Casas de las Monedas que atendiera esas necesidades, y todos los años salía un galeón de Acapulco cargado de Reales de a Ocho en dirección a Manila y regresaba un año después con los productos de oriente para venderlas en el mercado que se abría con la llegada de la Nao de China a la bahía de donde había partido, llevando esos productos también a Veracruz y la Habana, para pasar con la Flota de Tierra Firme y unida a la de Nueva España a Sevilla y Europa con sedas, especias, porcelanas etcétera.
En Japón mientras llega la religión católica de manos del jesuita Francisco Javier desde Portugal, vía Goa en la India y así mismo comienzan los contactos con Filipinas, por los galeones de Manila que pasan por sus costas del noreste, el virrey de Nueva España envía al marino y explorador Sebastían Vizcaíno como embajador allí, dado el intenso volumen comercial que partiendo de Manila pasa por las costas orientales de Japón y por el naciente cristianismo católico que los jesuitas habían extendido en las islas del Sol Naciente.
Los cristianos católicos japoneses desean enviar una embajada a España y a Roma, nombrando como embajador del Shogún al samurái Hasekura Tsunenaga al que acompaña el fraile franciscano Luis Sotelo y aprovechando a Vizcaíno y la necesidad española de tener buenas relaciones con Japón, al pasar cerca de sus costas el Galeón de Manila y de las relaciones comerciales con Filipinas, ayudo a la construcción de un galeón semejante a los españoles, el "San Juan Bautista", aunque las relaciones entre Sotelo y Vizcaíno nunca fueron buenas, con él llegaron a la bahía de Acapulco en Nueva España y de aquí pasar al Puerto de Veracruz, de allí a la Habana y con la Flota de Indias pasar el Atlántico llegar a Sevilla y Madrid, tardando tres años, con grandes recibimientos en Sevilla, pero la persecución iniciada en Japón a los cristianos y el miedo a la competencia a Manila frustró las posibles relaciones comerciales entre los dos reinos, aunque quedaron bastantes miembros de la delegación de Japón en Coria del Río y con ellos sus descendientes que aún existen en el pueblo, llevando los apellidos Japón y las herencias genéticas de sus antepasados.
En definitiva, esta fue la primera ruta de comercio mundial con la moneda española como la primera de aceptación universal en el comercio, en una carrera de productos que si contamos Portugal por estar entonces bajo la misma corona, unían Asia, Oceanía, América, Europa y África en la primera Aldea Global en los siglos XVI y XVII, cumpliéndose así el objetivo de Cristobal Colón para llegar a Catái y Cipango. La primera Globalización del mundo que posibilitó la existencia de japoneses en Coria del Río de Sevilla. ¡ La Hispanidad !
No hay comentarios:
Publicar un comentario