jueves, 31 de mayo de 2018

ALEJANDRO MALASPINA, EL NAVEGANTE ILUSTRADO ENCERRADO POR CONTAR LA REALIDAD

Carlos III, lo mismo que los demás reyes de España, nunca había estado en el Nuevo Mundo descubierto y conquistado por los españoles y tenía la necesidad de conocer de buena mano la realidad natural, física y social de las tierras al otro lado del Océano, necesitaba en alguien en quién confiar, el venía de reinar en Nápoles, Alejandro Malaspina era de Parma, los dos eran ilustrados y por lo tanto reformistas, naturalistas y fundamentalmente partidarios del acuerdo o pacto social, pertenecía a la nueva generación de marinos formados en la creada Escuela Naval de Cádiz fundada por el marino Jorge Juan, en consecuencia, él era la persona ideal para realizar una expedición por aquel otro mundo que estaba tan desconocido para una corte muy alejada, había un gran inconveniente, la edad del ilustrado rey.


Los puntos claves en el proyecto económico y político eran:
1º.- La defensa de los intereses de la Corona en los territorios españoles en el mundo.
2º.- El comercio de los diferentes territorios con España y entre ellos.
3º.- Conocer el funcionamiento real de la administración en aquellos territorios.
4º.- Saber las presiones a que estaban sometidos los territorios por las otras potencias europeas.
5º.- Conocer recursos, cultivos, flora y fauna , además de los medios a disposición de los habitantes y cuales serían sus mejoras.


Los principios básicos de funcionamiento serían:
- La Hacienda Real debía de estar coordinada con la imposición de aquellas tierras.
- Que la reforma gubernamental debía ser previa a la comercial.
- Que las reformas podían ser preventivas para las revoluciones que allí pudieran nacer.
Según carta dirigida al Secretario de Estado de Marina e Indias.


En función de todas estas premisas, la expedición se puso en marcha, se prepararon dos corbetas "Descubierta" y "Atrevida", la primera gobernada por Malaspina y la segunda por José de Bustamente y Guerra. La intención era recorrer la totalidad de los territorios hispanos situados en las costas del Océano Pacífico, que durante los pasados siglos era considerado en Lago Español, cartografiandolo, llevando botánicos, etnólogos, médicos y astrónomos que estudiarían e informarían sobre sus materias, mientras se procuraba él asesorarse de científicos de la época y conocer la situación social y política de las zonas visitadas, en junio de 1789 parten los dos navíos de Cádiz para afrontar una expedición que durará hasta 1795, un período en el que iban a cambiar mucho las cosas.


Se dirige a Tenerife, de allí a las Islas Malvinas y a Montevideo, dobla el Cabo de Hornos y entra en el Pacífico, recorriendo hasta Valparaiso y el Callao, dirigiéndose a Panamá, para pasar hasta Acapulco, allí recibe instrucciones de la Corona para dirigirse al paso del Noroeste, el mítico reino de Anian que Marco Polo citó en sus viajes en el libro de "Las Maravillas", buscando un paso más asequible para los barcos que viajaban entre el Atlántico y el Pacífico en el hemisferio Norte, hacia esas tierras inhóspitas se dirigió Malaspina, llegando a Alaska y no consiguió pasarlo ni encontrarlo el mítico el paso de Anian o del Noroeste, que Amunsén situó ya en el siglo XIX, considerando imposible de navegar entonces, razón por la que se pensó en construir en Canal de Panáma. Al no encontrarlo, Malaespina decide volver a Acapulco,  este fue el último intento hispano para abordar el Tornaviaje de Andrés de Urdaneta para llegar a España sin atravesar Nueva España, pasando por la Bahía de Monterrey y tomando el viento Aliseo de popa para dirigirse a las Marianas y la isla de Guan, antes de pasar a Manila, de allí recorre el Pacífico hasta Nueva Zelanda, para terminar en Sidney en Australía, emprendiendo el camino de vuelta al puerto del Callao en el Virreinato del Perú y llegando a España el 21 de septiembre de 1794.


El recibimiento es apoteósico, se les recibe como héroes, el Real Jardín Botánico, el Museo Naval y el Museo de ciencias Naturales de Madrid guardan la documentación científica del viaje, mientras rinden informe político y económico de sus experiencias, proponiendo conceder autonomías a los distintos virreinatos, el libre comercio entre ellos, España y los además países europeos e incluso las antiguas colonias inglesas en Norteamérica, suprimiendo la Casa de Indias y el monopolio comercial con los territorios del Nuevo Mundo. Estos informes alarman al ministro Godoy de Carlos IV, Carlos III había fallecido y las medidas reformistas chocaban de frente con la monarquía actual de los Borbones, la Revolución Francesa había estallado en 1789, con lo cual Malaspina acabó preso en el castillo de San Antón de la Coruña y solo se le liberó gracias a la intercesión de Napoleón, para morir olvidado en Italia poco después.


Alejandro de Malaspina fue un ilustrado lúcido que buscó las soluciones para mantener unidos los territorios españoles que tuvo la visión de prever lo que iba a suceder, si no se tomaban medidas y no se tomaron, eso sería sin tener en cuenta el desastre que supuso la batalla naval posterior de Trafalgar con la flota británica que prácticamente desconectó España con América.














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